Debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, se descubrio un camino hacia el inframundo lleno de ofrendas en la vieja Ciudad de Teotihuacán.
Sumergirse en ese camino subterráneo es caminar a través del tiempo, este pasadizo fiel guardian de los vestigios prehispanicos resguardaba los tesoros del mundo de los muertos de la antigua Teotihuacán.
Ofrendas con grandes caracoles tallados procedentes del Golfo de México y Mar Caribe, cuentas de diversos materiales, pelotas de hule, huesos de felinos, discos de pirita, adornaban este recinto escondido debajo de la tierra.
Más de 1000 años de historia estaban intactos y congelados en este túnel subterráneo, la huella de aquellos habitantes de la gran Ciudad de los Dioses plasmo una metáfora del inframundo.
En la cosmovisión teotihuacana el Sol sale por el Este, hace su recorrido hasta el cenit y comienza su descenso para entrar imaginariamente al inframundo, que sería el túnel, para volver a surgir en la cúspide del Templo de Quetzalcóatl.
Fué así como Teotihuacán fue construída como una réplica de la manera como se concibió el cosmos: arriba la región celeste, en medio el plano terrenal y abajo el inframundo.
En este portal hacía el inframundo Teotihuacano aún falta por descubrir 3 cámaras donde se cree que puedan estar los restos de los antiguos gobernantes de la ciudad de los Dioses.
UBICACIÓN: ESTADO DE MÉXICO, TEOTIHUACÁN
DATOS INTERESANTES:
Son apenas 150 metros, los arqueólogos han encontrado en este túnel cerca de 70 mil objetos.
El nombre del proyecto es Tlalocan (“camino bajo la tierra” en Náhuatl), y está financiado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH)